En un nivel
etnográfico, el Camino del Socorro aparece unido de una manera fundamental con
la Bajada al Socorro, tradicional romería (una de las más antiguas de Canarias)
que lleva a la imagen de la Virgen del Socorro hasta la playa de Chimisay el 7
de Septiembre (durante los últimos 162 años, antes se celebraba en otras
fechas), para allí conmemorar la aparición de la imagen de la Virgen de
Candelaria a un grupo de pastores guanches, años antes de la Conquista de las
Islas. El Camino del Socorro sigue el eje longitudinal que enlaza el núcleo de
Güímar con los barrios de San Pedro Arriba y San Pedro Abajo. A partir de este
último y atravesando el barrio del Calvario, este eje se prolonga a lo largo
del Camino hasta el caserío de El Socorro, en la costa, a unos 5 kilómetros.
El Camino del Socorro se puede considerar
dividido en dos tramos de características bien distintas. Desde el barrio del
Calvario en dirección al mar, el Camino está asfaltado y a su alrededor surgen
pequeñas explotaciones agrícolas, fincas, y viviendas que en los últimos años
han crecido en número. Coincidiendo con su cruce con la Autopista del Sur TF-1,
el Camino toma otras características. A partir de este punto, se dirige a El
Socorro por un paisaje antiguamente agrícola y en estado actual de abandono
(por la adquisición de los terrenos por el Polígono), junto al Malpaís de
Güímar. Deja de estar asfaltado ser un camino de tierra con tramos de
empedrado, algunos de ellos en buen estado de conservación.
Desde
este punto inicial de encuentro del Camino con el Malpaís, durante la Romería
del Socorro y desde hace unos veinte años un gran número de jóvenes suben al
cono de Montaña Grande. En la raíz de esta práctica seguramente está la
búsqueda de una alternativa a un sentimiento religioso no compartido por una
juventud rebelde, hacia los años 60, que sin embargo sí compartía y comparte la
experiencia de la romería.
Después de subir a la Montaña, causando una
fuerte erosión en el camino de subida, y de abandonar basuras de todo tipo en
el borde del cráter, la bajada es en carrera libre por las laderas, lo que
produce un fuerte impacto, mayor que el de la subida.
Vegetación destrozada, fuertes barranqueras…
huellas que actualmente y dado el gran número de personas que siguen esta
práctica se mantiene todo el año, sin dar oportunidad para la recuperación
natural de los destrozos.
Durante 1991 y 1992 por parte de la Asociación
Cultural Patrimonio de Güímar y con el apoyo de la D.G. de Medio Ambiente se
han realizado campañas suaves de mentalización e información destinadas
preferentemente a jóvenes del Valle, con el objetivo de reducir paulatinamente
esta práctica. Campañas que dados sus objetivos a largo plazo son difíciles de
valorar pero que al menos han sentado precedentes.
En esta
etapa del Camino el paisaje tiene una fuerte trascendencia y es un componente
fundamental. El recorrido de la romería por un paisaje similar a aquel en que
apareció la Virgen crea un intenso clima colectivo. El reencuentro anual con el
paisaje coincidiendo con la Bajada ha hecho que cada uno de sus componentes
adquiera a través del tiempo un valor subjetivo y un significado simbólico.
El aspecto que presenta este lugar la mañana
del 7 de Septiembre no sólo sirve para dar marco a la fiesta. De él dependían
los pronósticos del tiempo para el próximo año. Eran las cabañuelas realizadas
por la gente del campo y muy especialmente por los del Norte que para tal
propósito atravesaban la cumbre ese día.
En el
conflicto y rivalidad que se dio el siglo pasado entre los tres santuarios
marianos del Sureste: Candelaria, El Socorro y Abona, al producirse la
desaparición de la imagen de Candelaria (1926) y el incendio de Abona (1635)
durante un periodo importante del siglo pasado, El Socorro centró la atención
de los peregrinos del Norte de la Isla, hasta que Candelaria recuperó su
importancia. Las cabañuelas pueden datar de esa época.
Hoy sólo aparecen de forma testimonial, con
observaciones sobre el estado de las vertientes de la Montaña, la dirección del
viento, etc. A principios de los años 70 comenzó la planificación del Polígono
Industrial Valle de Güímar, proceso que ha afectado al Camino del Socorro. Sólo
destacaremos aquellos aspectos que interfieren directamente con las costumbres
de la fiesta.
Las
obras de la Segunda Fase del Polígono tocaron en varios puntos al Camino del
Socorro, de manera que durante varios años hubo que desviarse de la ruta
tradicional.
Algunos devotos y personas preocupadas
insistieron ante el Ayuntamiento para que se retomara el antiguo trazado o se
tomara una determinación satisfactoria que terminara con la política de hechos
consumados, por la que el Polígono iba destruyendo poco a poco la vieja ruta.
Finalmente, en el año 1989 el desmonte para una vía de penetración del
Polígono, cerca del puente sobre la autopista, impidió definitivamente el
acceso al Camino.
El nuevo recorrido pasaba por la calle del
Polígono y más adelante retornaba al Camino por una desviación. Ese fue el
primer año en que la Virgen pasó por una vía del Polígono. Aunque sólo fueron
alrededor de 100 metros, sirvió para hacerse idea de lo que podía representar
la Bajada por una ancha avenida asfaltada. Resultaba frío, los coches se
dejaban notar pues se amontonaban a los lados de la calle e interferían a la
comitiva, olvidando la vieja costumbre de bajar antes o después de los romeros.
Era evidente que la fiesta estaba pasando por
momentos críticos. Parecía que los cambios eran ineludibles, e incluso se
conocía el trazado del futuro Camino, ajustado a la trama ortogonal del
Polígono y con fábricas a ambos lados, aunque eso sí, con ajardinamiento,
bancos de cemento, etc. En 1990 se organizó un colectivo formado por devotos de
la Virgen del Socorro y personas interesadas en el conjunto de las tradiciones
que forman la identidad cultural de Güímar para solicitar la declaración del
Camino del Socorro como Sitio Histórico de Valor Etnográfico. Fue el nacimiento
de la Asociación Cultural Patrimonio de Güímar. En Octubre de 1990 los vecinos de
Güímar y pueblos de la Comarca organizaron una manifestación que culminó ante
el Ayuntamiento para solicitar que se respetara el Camino del Socorro. Fue una
manifestación atípica anunciada con voladores, acompañada de albahaca y a la
que acudieron gentes que nunca habían participado en una protesta colectiva,
destacando las personas mayores.
Los que
se hablan encargado de transmitir su cultura al pueblo se sentían responsables
de su pervivencia. En Diciembre de 1990 se publicó en el Boletín Oficial del Estado
la Resolución de la Dirección General de Cultura de la Consejería de Educación,
Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias por la que se incoaba el Expediente
de Declaración del Camino del Socorro como Bien de Interés Cultural con
categoría de Sitio Histórico.
Existen dos posturas en el pueblo: por un lado
puede que resulte beneficioso que cambie la fiesta: un trazado moderno puede
suponer ventajas y posibilidad de una mayor afluencia de público, facilidad
para usar coche, se eliminarían curvas, etc. Otros piensan que la fiesta
perdería su carácter y valor fundamental porque sin el paisaje tradicional
terminará por convertirse en una de tantas romerías estereotipadas y
convencionales. Este debate ha tenido su repercusión en la fiesta. Para la Bajada
de 1991 unos vecinos emparejaron con una suave pendiente el desnivel que
produjo la obra del Polígono. Se pretendía recuperar el trozo de Camino
inutilizado desde 1989 y además impedir que ese año la Virgen tomara
definitivamente durante todo el trayecto las nuevas vías del Polígono.
Llegada
la mañana del 7 de Septiembre los romeros que precedían a la imagen, muy
numerosos por caer la fiesta en sábado, al llegar a la confluencia de los dos
caminos (el viejo Camino y la nueva vía de penetración del Polígono) tomaban
invariablemente el Camino tradicional. El nuevo era ocupado por coches y
espectadores.
Al llegar la Virgen a la confluencia ante la
sorpresa general tomó la dirección del Polígono, lo que dio lugar a momentos de
tensión y a la airada protesta por parte de los romeros que seguían el Camino
tradicional.
En la Subida un grupo, fundamentalmente mujeres
de mediana edad se apostó a la entrada de la vía de penetración del Polígono
para impedir que la imagen se desviara del camino tradicional.
Durante la Bajada de 1992, la Virgen entre
aplausos de la multitud, bajó y subió por el Camino del Socorro sin mayores
contratiempos y así ha seguido ocurriendo desde entonces. Un pabellón
conmemorativo marca el inicio de este tramo de Camino y una lluvia de cohetes
saluda a la Virgen a su paso. Asociación Cultural Patrimonio de Güímar.
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