En este apartado de la Semana Santa encontrarás una breve historia de la Semana Santa y después la Historia de los 22 pasos que componen nuestra Semana Santa y sus Hermandades y cofradías.
Esperamos que lo disfruten.
Un poco de Historia
La
Semana Santa de Güímar es una de las más devotas y populosas de la Isla. Cada
día, procesionan imágenes que reflejan cuatro siglos de la historia del
municipio, desde las talladas en plena Contrarreforma, como el Señor Difunto, o
más recientes y que demuestran la continuidad de la Semana Grande local, como
la Santa Cena, elaborada en resina de poliéster. Pero la celebración Güimarera
aúna muchas singularidades que la hacen especial y que atraen a muchos
visitantes, como el único crucificado en bronce que procesiona en las Islas, la
Misa de Coronación de Mozart, cantada en latín, en la ceremonia del Jueves
Santo, o que una pieza musical se sacralice con la costumbre, como el fragmento
de la ópera Tosca de Puccini que siempre acompaña al Encuentro.
El
municipio cuenta, desde principios de este siglo, con un trabajo pormenorizado
sobre la historia, iconografía y tradiciones de esta celebración religiosa, La
Semana Santa en Güímar: imágenes de La Pasión, un estudio de la doctora y
profesora del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna,
además güimarera, Carmen Milagros González Chávez, una obra en la que se
destaca que la Semana Grande local ha seguido creciendo en pleno siglo XXI, con
más hermandades y cofradías, pero también nuevos pasos que han enriquecido el
patrimonio artístico.
González
Chávez señala en su estudio que, "si bien artísticamente no podemos
competir con La Laguna, La Orotava, Garachico o Icod, pues no tenemos obras de
Martín de Andújar, Fernándo Estévez, ni siquiera de Lázaro González Ocampo,
nacido en el siglo XVII en Güímar, religiosamente, nuestra Semana Grande es tan
sentida y nuestras imágenes, anónimas en unos casos e industriales en otros,
son tan veneradas como las que más".
Así,
en esta obra explica que "en Güímar poseemos pasos de gran calidad
artística, de los siglos XVII, XVIII y XIX, como son las imágenes de Nuestro
Señor Difunto, el Nazareno, la Dolorosa o el Cristo de las Tribulaciones,
tallas procedentes de la gubia de algún escultor afincado en el norte de la
Isla y que llegaron a este municipio por diferentes motivos: donaciones o
herencias, intercambios, adquisición por parte de familias nobles, etc."
Además,
la doctora señala la existencia de tallas excepcionales, "como la del
Cristo de la Expiración, traída de Italia, la única que procesiona en bronce en
Canarias; esculturas tan espectaculares como la del Cristo de la Agonía,
réplica industrial del Cristo de Limpias, la primera que llegó al Archipiélago
y que impactó no solo a los habitantes del lugar, sino de la Isla en general,
siendo incluso objeto de un documental por el director de cine José González
Rivero en 1923".
En
la segunda mitad del siglo XX, Güímar, como otros municipios del Archipiélago,
adquirió nuevos pasos profesionales para enriquecer la celebración, con
"tronos de producción industrial, como La entrada triunfal en Jerusalén,
la Piedad o el Cristo de Medinaceli. También se encargaron esculturas a
imagineros como Ezequiel de León y Domínguez, autor de San Juan Evangelista y de
la Virgen de la Amargura; al escultor murciano Miguel Ángel Cassan, al grupo de
alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, al valenciano Miguel
Espuig, que talló el Señor de la Columna, o al escultor güimarero Javier Eloy
Campos, que ejecutó con materiales novedosos, como la resina de poliéster
sintético con policromía sobre base de estuco, el Cristo de las Caídas y el
conjunto de la Santa Cena", explica la profesora de Historia del Arte.
Las
últimas adquisiciones de la Semana Santa güimarera han sido la Virgen de las
Aguas, obra del imaginero cordobés Francisco Romero Zafra y bendecida en 2006,
y la Verónica, del escultor quiteño Ricarda Villalba Sevilla, que procesionó
por primera vez en 2007.
Descendimiento
La
talla más antigua parece ser la del Señor Difunto o Cristo Yacente que, por las
características estilísticas, se considera que data de finales del siglo XVII.
Este Cristo, como era costumbre en Canarias, hacía las veces de crucificado
hasta el Jueves Santo y el Viernes Santo era descendido y colocado en su urna
procesional. En la actualidad, se mantiene la ceremonia del descendimiento de
la cruz.
Una
de las obras más llamativas es el Cristo de la Expiración, conocido en la zona
como el Cristo negro, un vaciado en bronce de finales del siglo XIX. La imagen,
procedente de un taller italiano, se venera en la ermita del Calvario de Güímar
de Arriba (San Juan) y es una talla excepcional al ser una de las pocas
esculturas de bronce procesionales de Canarias, pero también cargada de
leyenda.
Carmen
Milagros González recuerda en su obra que "la historia de la imagen se
remonta al presbítero Irineo González, quien la había adquirido para la capilla
que albergaría los restos mortales de su madre en el cementerio de Güímar. Sin
embargo, sus grandes dimensiones cambiaron su destino y el Cristo permaneció en
su casa hasta su muerte. En su testamento, manifestó su deseo de que el Cristo
fuese donado a la ermita de San Juan de Güímar, barrio del que procedía su
madre. Su ama de llaves incumplió dicha cláusula y entregó en su lugar un
crucifijo grande, de pobre factura, mientras que la imagen de bronce fue
vendida a una señor de Las Palmas de Gran Canaria, que la instaló en su casa.
En 1930, la escultura fue devuelta por su último propietario, tras ocurrir
ciertos sucesos extraños en su residencia (como ruidos durante la noche), al
lugar que le correspondía, es decir, a la ermita de San Juan y, de allí, a la
capilla del Calvario, construida tras recibir este legado ".
La Semana Santa en Güímar: Imágenes de la Pasión de Carmen Milagros González Chávez (2007)
Los datos de los Pasos de la Semana Santa y sus Hermandades y Cofradías fueron obtenidas a través del libro:
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El Calvario