El pasado 17 de junio tuvo lugar la inauguración y bendición de la escultura ‘Güímar, Jordán de Tenerife’, como acto previo a la lectura del pregón de las Fiestas de San Pedro 2017, contando en el acto con el presidente del Gobierno canario.
El conjunto escultórico obra del artista Enrique Cejas Zaldívar, el cual fue donado por el mismo autor al municipio güimarero, volverá a lucir con todo su esplendor tras su inauguración que, aunque no podrá presidir el enclave originario debido a razones ajenas al Consistorio, se le otorgará un destacado espacio, sustituyendo la fuente que ha imperado en la Plaza del Ayuntamiento estos años, fuente que, a pesar de guardar un valor afectivo entre los habitantes, no es así con respecto a su valor patrimonial, ya que apenas datan treinta años a sus espaldas y los elementos que la conforman no disponen de un valor añadido en cuanto a su material se refiere.
En su inicio, el conjunto escultórico fue ubicado en la Plaza de San Pedro, siendo inaugurado el 25 de junio de 1966 dentro del acto de inauguración de la remodelación de Plaza de San Pedro, englobado dentro del programa de actos correspondiente a las fiestas patronales de ese año, quedando inoperativa por mal funcionamiento con posteridad, siendo retirada de su ubicación tras una pequeña obra en el entorno de la plaza, no pudiendo regresar, con posterioridad, a la misma.
Esta obra consiste en una pareja de niños desnudos donde uno, desde una posición elevada, vierte el agua del interior de una caracola sobre el cuerpo de otro, representando así la escena bíblica del bautismo de Jesús en el río Jordán en que Juan el Bautista mediante un bucio vierte agua sobre la cabeza inclinada de Jesús, quien porta un pez, el símbolo de Cristo. Con esta representación, se busca realizar una semejanza con la relación del municipio de Güímar con el agua, elemento abundante en el pasado, que corría de manera permanente por los barrancos de Chamoco y el Río, concediendo productividad a la agricultura y la vida.
Pero es que esta obra está llena de connotaciones en su conjunto, ya que el hecho de escoger el sacramento del bautismo como su representación, también está fundamentado en que el Menceyato de Güímar había recibido la mayor actividad evangelizadora por parte de los castellanos antes de la conquista de la isla.
El conjunto escultórico de Cejas Zaldívar, simbolizador de la vida y la Fe, además de pieza clave del paisaje urbano de casi tres décadas, es una obra de gran importancia, la cual posee una carga simbólica de suma relevancia para el municipio de Güímar así como sus habitantes, siendo un elemento añorado por los güimareros, esperando que formen parte de dicho reencuentro durante la tarde de mañana.
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