Se trata de una festividad cristiana que
data del siglo primero, aunque no hay evidencia de que haya sido
observada tan antiguamente como la Pascua, el pasaje en Corintios I
(xvi, 8) probablemente se refiere a una festividad judía. Esto no es
sorprendente ya que el festejo originalmente duraba un sólo día y se
realizaba en domingo. Además estaba muy estrechamente relacionada con la
Pascua de manera que se podría tratar de una actividad en la
terminación pascual.
El hecho de que Pentecostés era una
festividad que ya pertenecía a los tiempos apostólicos lo constata el
séptimo de los fragmentos (interpolados) cuya autoría es atribuida a San
Irineo. En Tertuliano (De bat., xix) el festival aparece como ya
firmemente establecido. El Peregrino Gallic, da detallada cuenta de como
esta festividad era observada de manera solemne en Jerusalén ("Peregin.
Silvae", ed. Geyer, iv). Las Constituciones Apostólicas (V, xx, 17)
señalan que Pentecostés tenía la duración de una semana, pero en
Occidente no fue observada su ejecución de ocho días sino hasta fecha
más tarde. De acuerdo a Berno de Reichenau (1048) fue un aspecto
controversial la duración del festejo de Pentecostés. En la actualidad
la fiesta tiene un rango similar al del Domingo de Resurrección o
Pascua. Durante la vigilia, los catecúmenos eran bautizados,
consecuentemente, las ceremonias del sábado eran similares a las
observadas en Sábado Santo.
El oficio de Pentecostés tiene sólo un
nocturno, durante toda la semana. En la tercera hora tiene el "Veni
Creator", el cual es cantado en lugar del himno de costumbre, debido a
que en el tercera hora se considera que descendió el Espíritu Santo. La
Misa completa tiene una secuencia de "Veni Sancte Spiritus", la autoría
del cual se atribuye al Rey Roberto de Francia. El color del ropaje
sacerdotal es rojo, como un símbolo de las lenguas de fuego que
descendieron.
Con anterioridad, las cortes no
funcionaban durante la semana entera y los trabajos clericales fueron
prohibidos. El Concilio de Constanza (1094), limitó estas prohibiciones a
los primeros tres días de la semana. El resto correspondiente al sábado
(sabat) y el martes, fueron abolidos en 1771, y en muchos territorios
de misión también el lunes. Este último día fue eliminado de observancia
estricta por San Pío X en 1911. Aún hoy día, tal y como sucede en la
Pascua, el rango litúrgico de lunes y martes de la semana de Pentecostés
el del tipo Doble de Primera Clase.
En Italia fue costumbre que se lanzaran
pétalos de rosas desde el cielo de las iglesias, simbolizando así el
milagro de las lenguas de fuego, con base en ello, el domingo de
Pentecostés es llamado en Sicilia y en otras regiones italianas, como
Pascha Rosatum, nombre que proviene del uso de los ropajes rojos de la
ocasión. En Francia la costumbre incluyó el toque de trompetas durante
los servicios, con el objeto de recordar el sonido y estruendo que debió
acompañar el descenso del Espíritu Santo. En Inglaterra, la nobleza se
entretenía con carreras de caballos. En la actualidad el festival de
Whitsun Ales es prácticamente obsoleto.
En las vísperas de Pentecostés, en las
iglesias orientales, servicios extraordinarios con genuflexión o
arrodillamientos, fueron acompañados por largas lecturas y recitaciones
poéticas y de los salmos (de Maltzew, "Fasten-und Blumen Triodion", p.
898 en donde se identifica el servicio completo de carácter greco-ruso;
también en Baumstark, "Jacobit, Fest Brevier", p. 255). Para los
festejos de Pentecostés, los rusos llevan flores y ramas verdes en sus
manos.
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