jueves, 8 de marzo de 2018

Charla sobre la Virgen viajera de Muskilda

Esta tarde a las 20.00 horas en el Salón parroquial de Santo Domingo de Guzmán tendremos Charla sobre la Virgen viajera de Muskilda, patronadel municipio de Ochagavía en Navarra, a cargo de D. Carlos Hernández, Mayordomo de la imagen. De origen güímarero.

Al norte del valle de Salazar, en Ochagavía, la ermita románica de Nuestra Señora de Muskilda se eleva a más de mil metros, en un paraje donde la vista intenta redibujar las imponentes cumbres pirenaicas que se asoman desde la lejanía y donde el tupido bosque nos sorprende con su intensa paleta de colores. 


En el silencio mecido por el viento, la ermita guarda en su interior una talla gótica de la Virgen con el Niño que espera sonriente la llegada de los festejos populares en su honor. 

En septiembre la tranquilidad se rompe; comienza la fiesta y los danzantes de Ochagavía rodean a Muskilda con sus originales bailes dirigidos por el "bobo".


La ermita románica de Nuestra Señora de Muskilda se encuentra a cuatro kilómetros del pintoresco pueblo pirenaico de Ochagavía, en el valle de Salazar al noreste de Navarra. El templo, construido en el siglo XII, se halla en la cima del monte Muskilda a 1.025 metros de altura. Su sobriedad y elegancia impregnada con los tintes característicos de la arquitectura de la comarca contrasta con el soberbio paisaje que la rodea, al que se asoma la Sierra de Abodi.

El acceso a este hermoso lugar se puede realizar a pie o por carretera. Si decide subir en coche, diríjase a la salida de la villa, en dirección a Izalzu. Antes de llegar a esta localidad, coja el desvío de la izquierda. Pero si prefiere disfrutar de un tranquilo y agradable paseo, tome el camino que sale de la parte alta de Ochagavía. Detrás de la Iglesia hay una calle de piedra empinada, y al final encontrará un sendero local de 6 km., entre ida y vuelta, que parte a la izquierda y que está señalizado en verde y blanco. Otra opción es tomar a la derecha el camino de las Romerías, más empinado pero más corto. 

Según la tradición, la ermita se levanta en el lugar donde un pastorcillo del pueblo, guiado por uno de sus animales, encontró la imagen de la Virgen. La historia cuenta que un día el pastor descubrió a un toro escarbando la tierra junto a un roble. Al acercarse, comprobó que había una imagen de la Virgen. Después de recogerla, tuvo que abandonarla en medio del campo porque el ganado se había dispersado. Cuando regresó a por ella, la imagen había desaparecido. El toro se escapó de nuevo y volvió a encontrar la imagen junto al roble. En ese momento, pasó un caminante que sospechó que el joven pastor había robado la talla mariana y llevó a ambos a Ochagavía. A la mañana siguiente habían desaparecido. Ante tantas evidencias, en el lugar en el que fue hallada la talla se levantó la basílica que cobija a Nuestra Señora de Muskilda, patrona del valle de Salazar

El templo se levantó en el siglo XII, pero fue restaurado a mediados del XVII. Su aspecto exterior le seducirá por su aire rústico, cuya torre, con cubierta cónica y tejas de madera, sigue el estilo tradicional de las construcciones de la comarca. Cuenta con dos puertas de acceso; la principal destaca por su marcado estilo románico. 

En el interior se encontrará con una planta rectangular de tres naves presidida por el retablo mayor. En su parte central se sitúa la imagen de Muskilda, una talla gótica del siglo XV en madera dorada y policromada de 60 centímetros. Representa a una Virgen risueña y alegre. El altar mayor está separado de la nave por una verja de hierro forjado que data del siglo XV. 

Romería a la ermita de Muskilda

La devoción que profesan los vecinos por esta imagen está estrechamente ligada al folclore popular. El 8 de septiembre, coincidiendo con las fiestas patronales de Ochagavía, tiene lugar una romería que llega hasta la ermita. Las autoridades municipales ataviadas con trajes salacencos parten hacia el santuario acompañadas por el cabildo y el grupo de danzas. Si su visita coincide en estas fechas, no desaproveche la oportunidad para acudir a la cita. Le llamará la atención la originalidad de los bailes y la colorida indumentaria que portan los ocho danzantes, dirigidos por el "bobo", un personaje estrafalario, ataviado a modo de arlequín.

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