miércoles, 20 de septiembre de 2017

¡Feliz curso! Acompañar y fructificar

¡Feliz Curso! Acompañar y fructificar. Que no sea un Año cualquiera depende, en parte, de ti, de mi, de nosotros. ¡A secundar la Gracia!

De ahí que estemos llamados a pasar de una pastoral de planes a una pastoral de actitudes. No podemos quedarnos en una buena organización pastoral, sino que es necesario que partamos de una mística común, que marque el horizonte hacia dónde dirigirnos.

Y es que sólo si acentuamos la primacía de las actitudes, del estilo que permanece en el tiempo, podremos caminar hacia un estado permanente de misión, hacia una misión paradigmática que lo impregno todo y a todos. Nuestra tarea más urgente es poner la misión como clave interpretativa de toda la acción pastoral.
Sin embargo, esta primacía de la actitud no va en detrimento de la organización y la planificación; sino que los planes o programas deben venir después para apoyar y desplegar las actitudes. La organización pastoral está al servicio de la misión y es el marco adecuado para una tarea de comunión.
Por eso, antes de cualquier iniciativa concreta es necesaria una espiritualidad de comunión (NMI 43). Pues, la identidad misionera (A ser discípulos-misioneros) no se enseña solamente organizando metodológicamente misiones programadas; sino que se enseña desde una experiencia de comunión, desde una experiencia de encuentro.

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