martes, 19 de julio de 2016

Novena al Apóstol Santiago el Mayor

Oraciones para cada día. Del 16 al 24 de julio 



Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios y Señor infinitamente Misericordioso, sin cuyo auxilio nada podemos, y nada valen nuestras obras, dignaos, Señor, concederme que os sea agradable este culto que deseo rendir a vuestro amado discípulo.  No miréis,  Señor piadosísimo, la gravedad de mis culpas, que humildemente os confieso. Perdonádmelas Señor, por la Pasión y Muerte de de vuestro Santísimo Hijo y dulcísimo Redentor mío, por las lágrimas de su Purísima Madre, y por el martirio de vuestro Apóstol, pues de todo corazón me pesa haberos ofendido, por ser quien sois infinitamente amable, poderoso y justo. Quisiera antes morir, que haber agraviado a vuestra inmensa Majestad; propongo firmísimamente enmendarme con vuestra gracia, que espero de vuestra misericordia, y hacer por ella todo lo posible para vivir y morir como hijo de la Santa Madre Iglesia y devoto del Apóstol Santiago, y mereceros alabaros con él eternamente en la Gloria, Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
O fidelísimo discípulo del Divino Maestro Jesucristo, que mereciste os escogiese por una de las primeras columnas de la Iglesia, y por fundador y patrono de las de España, que por vuestra predicación y merecimientos recibió la fe católica, y espera mantenerla hasta el fin del mundo, ¡Oh padre y protector de todos los fieles!, aclamado seáis en todas las naciones, os pido me alcancéis las gracias que tanto necesito. Confirmadme en la fe y en el santo temor de Dios que tanto necesito. Interceded por mi ante el Todo Poderoso para que me otorgue el favor que os pido en esta novena y así tener un motivo más para daros gracias en la Gloria. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Dios suplicámoste nos concedas, que por medio de la protección de tu amado Apóstol, lleguemos a gozar de la paz eterna. Amén.

DÍA PRIMERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.

ORACIÓN: Gloriosísimo Apóstol que a la primera voz con que el Divino Maestro os llamó para discípulo suyo, os resolviste prontísimamente a seguirlo, abandonando con ánimo generoso las conveniencias esperanzas del mundo por entregaros enteramente a la voluntad y servicio del Señor; infinitas gracias doy a su Majestad por ese singular beneficio que os hizo, y a vos os ensalzo por la puntualísima obediencia y fidelidad con que le habéis correspondido. Bien veis cuan metido me hallo en las redes de mis pasiones, preso de mi amor propio y atado a mis temporales intereses, que me impiden seguir a Dios y atender a sus amorosos llamamientos. Alcanzadme del Señor una alentada resolución como la vuestra, para romper estos lazos, y desembarazarme de todos los apegos que me estorben para servir a Dios; dadme una rendida atención a las divinas inspiraciones para aplicarlas y obedecerlas como vos lo hicisteis. Promoved y fortaleced la fe, la fidelidad y aún la felicidad temporal de la Iglesia. Para que imitándoos en seguir a Cristo acá en la tierra, os acompañemos también en gozar de su vista en la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA SEGUNDO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Invicto defensor de la fe a quien el Divino Maestro distinguió con el renombre de “hijo del trueno”, profetizando los fogosos incendios de caridad con que habíais de consumir la idolatría en las tierras a donde llevasteis la luz del Evangelio, añadid a ese imponderable beneficio el de alcanzarme de Dios eficaces auxilios para que yo desempeñe adecuadamente el nombre de cristiano, cumpliendo exactamente con las obligaciones que con él hemos contraído, para que en el día del juicio el Divino Pastor no nos desconozca como sus ovejas. Ayudadnos a mantenernos siempre triunfantes de enemigos visibles e invisibles, para mayor gloria de Dios, y así hacernos dignos de acompañaros en la Patria Celestial. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA TERCERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Dichosísimo Apóstol, que por la fiel correspondencia a los favores del Todo Poderoso Jesús, os hicisteis de sus altas confianzas, y de que se acompañase de vos para las obras de su Omnipotencia, llevándoos consigo para testigo de la portentosa Resurrección de la hija de Jayro, yo os suplico rendidamente por esta particular distinción, que su Majestad hizo en vos, presentéis al Señor mi pobre alma, quizá muerta por la culpa, o al menos lastimosamente débil y lánguida por su tibieza, para que su infinita piedad la resucite a la vida de la gracia, la fortalezca e infunda un nuevo y vigoroso espíritu, con la que en adelante le sirva con mayor fervor y más vivo deseo de su mayor honra. Haced lo mismo con todos los infelices que están en pecado mortal, para que lleguen vivas a la presencia del Señor en la gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA CUARTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Dilectísimo Ministro de la Majestad Suprema de Dios, y tan favorecido del Soberano Jesús, que no quiso en la tierra manifestar la Gloria de su maravillosa Transfiguración, sin que vos fueseis participante de ella, yo os suplico encarecidamente por aquel gozo, que tuvisteis en el Tabor, cuando visteis en él reducida a un breve mapa la bienaventuranza eterna, que así como para subir a la cumbre, en que merecisteis gozarla, os confundiste con la abnegación de vos mismo, el desprecio del mundo y una rendida obediencia a los preceptos de Jesucristo, por los mismos medios me disponga a recibir del Señor una luz, con que mas claramente conozca y contemple en esta vida sus perfecciones y altísimos atributos, para que cada vez más y más enamorada de aquella incomprensible hermosura, desprecie por ella todas cuantas delicias me pueda ofrecer la tierra, y ponga todos mis cuidados en conseguir las del cielo. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA QUINTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Benignísimo Apóstol y amado del salvador del mundo, que no quiso apartaros de su lado en las agonías que padeció en el Huerto, y le debisteis la dulce piedad de disimularos que estuvieseis durmiendo mientras su Majestad, desangrándose en sudor copioso, estaba orando; yo os suplico humildemente, que así como vos, recobrado de aquel sueño supisteis pagar al Señor aquel descanso con las fatigas, desvelos y sudores de vuestro apostólico ministerio, hasta dar la vida por Él, que la había dado por vos, así yo, considerando la gran pérdida de tiempo que diariamente hago al estar dormido para el cuidado de mi alma y demasiadamente despierto para las cosas del mundo, abra desde ahora los ojos, para ver con ellos cuan lejos voy del camino que el Maestro nos ha enseñado y conciba un propósito eficacísimo de desvelarme más por mi salvación y no perdonarme fatiga, ni sudor alguno, que me conduzca hacia el bien espiritual de mi alma y así merecer con vos el eterno descanso.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA SEXTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Esforzadísimo campeón de la Santa Madre Iglesia, os suplico rendidamente, que así como supisteis plantar en tierras lejanas la verdadera religión de Jesucristo, cuidéis de conservarla en mí y en tantos otros que sinceramente buscan conocer la única Verdad.  No ignoráis, santo mío, que en mí, y quizá en muchísimos, está muy apagada (o como muerta) la Fe, por falta de obras dignas del carácter de legítimos hijos de Dios. Sacad la espada contra nuestros rebeldes apetitos que nos tienen en cruel cautiverio. Rescatadnos de la mísera esclavitud de nuestras pasiones, bárbaramente dominantes. Alcanzadnos, del Divino Maestro, una nueva conversión, para que la penitencia y el continuo ejercicio de las virtudes nos acrediten ser dignos miembros de la Militante, y en el futuro, de la Triunfante Iglesia. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA SÉPTIMO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Afortunadísimo apóstol, tan favorecido por la Reina del Cielo, María Santísima, que merecisteis, estando aún ella en esta vida, viniera desde Jerusalén a visitaros, fortaleceros y significaros, que era gusto de Dios, y suyo, le erigieseis en Zaragoza un templo, que fue el primero, que en el orbe cristiano se vio consagrado a la verdadera y única Deidad y a la que le dio el humano ser, yo os suplico, por el mérito y el consuelo que tuvisteis al ejecutar tan dulce y tan hermoso precepto, consagréis también mi corazón en templo de María Santísima, y le hagáis firmísima columna, sobre la cual esté siempre dignamente colocada y servida de mis potencias y sentidos, como amabilísima Madre y poderosísima Señora.  Haced (tiernísimo devoto de esta gran Reina) que todos os imitemos en amarla y en servirla, para que así como se dignó visitaros en vida, así en ella, y en la hora de nuestra muerte nos visite y asista hasta ponernos seguros en la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA OCTAVO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Constantísimo soldado de Jesucristo, que por servirle leal y valerosamente, no sosegasteis hasta derramar gustosamente vuestra sangre, y rendir por Él vuestra cabeza al cuchillo, yo os agradezco y alabo por esa heroica constancia, y os suplico rendidamente interceded la entereza que necesito, para estar pronto a perder antes mil vidas que faltar a la fidelidad que le debo a mi Dios y Creador. Ved, santo mío, que en mi alma, y en la de tantos otros, hay mucho que sanar y convertir.  Alcanzadnos, del Divino Maestro, la salvación y conversión. Alentad y confortad nuestro espíritu para que sepa resistir firmemente los combates con el enemigo, y perder cuanto sea necesario, honra, hacienda y vida, antes que perder la gracia, perseverando siempre en ella, hasta poseer la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA NOVENO

Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Suavísimo bienhechor, por vuestra intercesión y protección alcanzadme de Dios Padre de las Misericordias, el perdón de los muchos delitos con que lo he ofendido, alcanzadme la gracia de que el maligno enemigo no tenga más poder sobre mi, los dones que nos sean necesarios para vencer nuestras pasiones. Ayudadme para que os imite en los méritos dignos de premio eterno, para que solicite la honra que vos tuvisteis de servirle en la tierra, y así gozarle con vos y los demás bienaventurados en la gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario