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Navidad 2013
Queridos feligreses:
¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO DE EL SEÑOR 2014!
Para los creyentes, la Navidad es una fiesta que invita a la renovación. Cristo es para nosotros el Hombre Nuevo. Alguien que nos ha dejado el mandato nuevo del amor y nos invita a vivir de manera nueva, en conversión y renovación constante.
El año nuevo es un tiempo abierto, un tiempo lleno de posibilidades nuevas porque es un tiempo que se nos ofrece como gracia y salvación. En medio de la nostalgia de un año que se va y la incertidumbre de un año nuevo que comienza, todos intuimos que hemos nacido para vivir algo más grande, más pleno, más total y verdadero que lo que vamos conociendo año tras año.
Es bueno que nos preguntemos: ¿qué es lo que realmente quiero yo este año? ¿A qué le dedicaré el tiempo más precioso e importante? ¿Será un año más, un año vacío, aburrido, triste y rutinario? ¿Un año en que crecerá mi fe? ¿Un año que me acercará a la vida eterna?
La celebración de la Navidad, al comienzo de un año nuevo, puede ser impulso renovador de vida.
Dejemos a los pies de María, como los Magos de Oriente, nuestros humildes tesoros (la humanidad, la oración, nuestro reconocimiento al Señor) para que cuando despierte el Niño, se dé cuenta de que puede contar con nosotros para trasladar, más allá de Belén, este prodigio que estamos observando, viviendo, celebrando y disfrutando en estos primeros días del año 2014: la manifestación de Dios a todos los pueblos de la tierra.
Llevemos, esta noticia, más allá de nosotros mismos. No la dejemos encerrada en nuestros belenes. Dios, porque es grande y bueno, porque muchos no lo conocen, necesita de estrellas y de “magos divinos” que con la luz interior de sus vidas sean, seamos, capaces de publicar todo lo vivido.
¡Seamos estrellas de la Luz Divina¡
Deseo de corazón que el año, que pronto comenzamos, sea mejor para todos, especialmente para los más desfavorecidos.
Que este Año dedicado a la Palabra de Dios haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. Conocer las Escrituras es conocer a Jesucristo, pues la Palabra se ha hecho carne.
Vuestro Párroco
Pedro José Pérez Rodríguez
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