Jesús no nos quita nada, más bien, nos lo da todo.
Hoy
celebramos a San Benito, Abad. Patrono de Europa y monje benedictino.
Un hombre de oración y de gran labor espiritual. Un hombre que descubrió
y vivió nuestra pensamiento de cabecera.
Descubrió que Cristo no le quitaba nada, sino que se lo daba todo
cada día. Vivió desde le encuentro profundo con el Maestro siendo
consciente de que desde el silencio encontraría respuesta a todas sus
preguntas y atendimiento a sus plegarias.
Un hombre de oración y de vida intensa que nos recuerda que dejar
todo por Cristo tiene su gran fruto y su paga: recibir para siempre los
tesoros del Reino aquí en esta vida y encaminarse hacia la futura. En
esta vida el amor de Dios nos hace entregarnos y darnos y estar
preparados para amar sin medida haciendo presente a Cristo donde quiera
que vayamos. ¿Qué más podemos pedir?
San Benito Abad, un santo nacido en Nursia (Umbria) hacia el año
480.. Siendo Benito un joven estudiante en Roma, decide cambiar
radicalmente su vida haciéndose monje (solitario). Una hermana suya, de
nombre Escolástica, ya había sido consagrada a Dios desde su infancia.
Al comienzo de su nueva vida Benito habita en la región montañosa de
Subiaco, no lejos de Roma, donde más tarde establece varios monasterios
con numerosos discípulos. Finalmente se traslada a Montecassino, donde
funda un nuevo — y célebre — monasterio, en el cual reside hasta su
muerte. En Montecasino crece su irradiación espiritual, y allí escribe
la conocida Regla para monjes, que a lo largo de los siglos tendría
amplísima difusión. Muere santamente alrededor del año 529.
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