Escultura de candelero que llega a Güímar en 1965, obra del escultor orotavens Ezequiel de León al objeto de contar con una segunda representación mariana para la Semana Santa Güimarera.
Nuestra Señora de la Amargura se venera en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán y representa el dolor de la Madre ante los padecimientos de su Hijo aún vivo.
En concreto se trata de la cuarta angustia, es decir, el dolor que sufrió la Virgen en la calle de la Amargura ante la visión de su Hijo cargando la cruz.
Es una imagen de vestir y se nos presenta alta, esbelta y con el cabello recogido hacia atrás. Inclina su cabeza ligeramente hacia delante y su llanto es contenido.
En su pecho luce un corazón plateado con siete puñales alusivos a los siete dolores que padeció la Madre del Redentor y en sus manos porta un pañuelo.
Vestida con una túnica roja, manto azul y toca blanca la cual procesiona el Martes y Viernes Santo.
Antiguamente procesionaba con una cofradía de señoritas de mantilla blanca y fue en 1995 cuando se creó la cofradía de penitentes de Nuestra Señora de la Amargura vistiendo con los mismos colores que la imagen y portando en sus manos faroles.
Medidas: 1.55 cm, 40 cm.
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