viernes, 5 de febrero de 2016

Palabras del Párroco

Queridos feligreses:

7 MEDIOS PRÁCTICOS PARA FORMAR EL HÁBITO DE
LA PRESENCIA DE DIOS
La presencia de Dios es el hábito más importante de la vida espiritual porque: Consiste este ejercicio en considerar con la máxima frecuencia posible que Dios está presente en todas partes, y muy particularmente en el fondo de nuestro corazón; y en consecuencia, hacer todas las cosas como bajo la mirada de Dios
 1. Cree e imagina que Jesús está junto a ti.
A Jesús no le vemos y tocamos como a cualquier otra persona, pero por la fe sabemos que Cristo Resucitado está vivo y nos acompaña. Como el ciego percibe la presencia de otra persona a su lado, así, por la fe, siento y estoy seguro de la presencia de Dios junto a mí. Yo sé que Él me escucha. Creo que siempre lo he tenido a mi lado y dentro de mí, y que ahora mismo está aquí. Puedo "llevarlo conmigo" a todas partes, conversar familiarmente con Él, pedirle luz y fuerza, disfrutar de su compañía. Reza  el Salmo 139.
2. Mira con miradas de fe:
Aplicando una mirada de fe, todo es transparencia de Dios; todo: cosas, acontecimientos y personas. Dios está en toda la creación porque le da la existencia y porque la conserva. Las criaturas tienen los rasgos de su autor y podemos descubrir en ellas los atributos, las cualidades esenciales, de Quien las hizo. En las personas podemos reconocer a Dios porque las creó a su imagen y semejanza y porque la gracia santificante corre por sus venas.
3. Haz un examen diario lleno de gratitud:
Dios Providente está presente en la historia y en tu historia personal, la de cada día; que no te pase desapercibido. Dios suele manifestarse a través de actos y palabras de otras personas, de gracias actuales que el Espíritu Santo te regale, de dones que recibas, de oportunidades para crecer, de los Sacramentos, etc. No tienen que ser grandes acontecimientos, Dios nos ofrece los dones de Su amor de manera bastante sencilla. Es cuestión de estar atento para captar su intervención Providente, ser receptivo, ser humilde, atribuirle el mérito, bendecirlo y darle las gracias.
 4. Echa mano de jaculatorias:
Las jaculatorias son oraciones breves, en forma de frases sencillas, que dirigimos a Dios en medio de las actividades cotidianas, poniendo toda la fuerza de nuestra fe y todo el afecto de nuestro corazón al pronunciarlas.
5. Haz visitas eucarísticas y comuniones espirituales:
Si hablamos de la presencia de Dios, ¿qué mayor presencia que la de la Eucaristía? Cristo Eucaristía: la presencia fiel y cercana. Si hay una capilla en tu universidad, o cerca de tu trabajo o de tu casa, puedes ir a visitar a Cristo Eucaristía una vez al día. Tal vez pases, o puedas pasar, todos los días frente a una Iglesia y quieras formar el hábito de detenerte a saludarlo unos minutos.
6. Reza cuando realices tus actividades habituales:
Ayuda mucho para avivar la presencia de Dios adquirir el hábito de rezar antes de tus actividades habituales.
7. Enciende una veladora o lleva un crucifijo en tu bolsillo.
El cirio encendido puede ayudarte a evocar la presencia de Cristo Resucitado a tu lado y dentro de ti.
Y hay otros medios prácticos que cada uno puede ir encontrando, como un amigo que desde hace tiempo tiene el hábito de llevar un crucifijo en el bolsillo de su pantalón: varias veces durante la jornada, mete la mano en la bolsa, aprieta fuerte el crucifijo y le dirige una palabra a Jesús.
 Vuestro Párroco- Pedro José Pérez Rodríguez




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