En ella tendremos la representación teatral de Navidad organizado por los niños de catequesis
Queridos feligreses:
¡FELIZ NAVIDAD!
Pesebres de todos los tamaños y formas en numerosos rincones del planeta nos invitan a contemplar este gran misterio, del que emana un intenso sentido de familia. Así, como serenidad, ternura, intimidad…
Pero, además de contemplarlo, el pesebre invita a habitarlo, a vivir las actitudes que lo conforman y que trascienden las particularidades de cada época. Podemos resumirlas en tres:
· Habitar el pesebre nos predispone a esperar. Es una espera que dota de significado a la esperanza, porque desafía todo temor y confía en algo que todavía está en gestación.
· Nos alienta a recibir, que es una actitud indispensable para superar el individualismo de nuestra sociedad. Implica aceptar diferencias, escuchar razones, y abrirse a cada uno. Sentirse recibido es la clave para aprender a perdonar y predispone al diálogo, actitud necesaria para resolver los conflictos.
· Nos enseña a valorar. En el pesebre hay muy pocas cosas materiales; su valor está en la vida que llega y en los vínculos que genera. Sentirnos valorados por lo que somos, y no por lo que tenemos o hacemos, es fundamental para poder valorar y querer a otros.
Es deseo tanto de D. Ramón, como de Flavio y mía, que esta Navidad habitemos el pesebre. Que Jesús nos encuentre dispuestos a esperar, recibir y valorar a cada uno que pase a nuestro lado. Seguro que así será la Navidad más feliz, y con más sentido, que podemos celebrar.
Vuestro Párroco
Pedro José Pérez Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario