Una pregunta que aparentemete tiene fácil
respuesta: sí o no. Pero este es el error, responderla sin pensar y sin
dejar que se repita más de una vez. Cuando nos preguntas sobre el amor,
no podemos responder a la ligera, no podemos salir corriendo ni pensar
que no va con nosotros. Una pregunta sobre el amor, así tan directa,
exige una respuesta profunda y calmada, una respuesta que salga de lo
profundo e íntimo del corazón, una respuesta que comprometa la vida.
Esa fue la pregunta qde Jesús a Pedro, y la respuesta no fue menos contundente y total: “Tú sabes que te quiero”.
Pregunta valiente y respuesta valiente y
comprometida, deseosa de salir a los caminos de este mundo y ser gritada
allí donde es necesario que sea escuchada: en tantas vidas cansadas, en
tantos caminos malogrados, en tantos abrazos nunca dados, en tantas
palabras calladas…
Esta pregunta siempre exige respuesta, no
podemos quedarnos al margen, como si no fuera con nosotros. Y se nos
dirije hoy al final de la Pascua ¿qué vamos a responder? ¿la respuesta
valiente de Pedro? ¿o vamos a pasar de largo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario