lunes, 20 de febrero de 2017

Orando por La Paz

Un año más se ha realizado la Marcha Diocesana de Oración por la Paz. En esta ocasión se desarrolló entre Chimisay, Chinguaro y Candelaria.
A primera hora de la mañana, los peregrinos se concentraron en Chimisay para recibir la primera reflexión y la bienvenida por parte de la organización. Tras la oración inicial, se realizó el primer gesto del encuentro consistente en "empapelar" una puerta con distintas fotos que reflejaban conflictos presentes en el mundo. A continuación los participantes atravesaron dicha puerta, comenzando así, propiamente, la Marcha.
En la ruta cada persona iba recibiendo un fragmento del mensaje del Papa para la jornada mundial de la paz de 2017. Después de leerlo cada uno tenía que compartirlo con otro peregrino.
La siguiente parada fue en otro lugar emblemático para la fe: Chinguaro. El mayordomo responsable de dicho espacio explicó la importancia del mismo para la devoción mariana y para la evangelización de la isla. También tuvo lugar allí el segundo gesto del día, simbolizando en un corazón roto que se iba reconstruyendo, haciendo referencia, de este modo, a las heridas que cada uno y la humanidad debía ir sanando, liberando.
Desde allí, la comitiva se dirigió directamente a Candelaria. En el exterior de la Basílica tuvo lugar el tercer "gesto" de esta cita pastoral. Un grupo Scouts Católico fue el responsable de llevar adelante el mismo. Ya en el interior del templo el vicario general, Antonio Pérez, por un inconveniente de última hora del obispo, presidía la eucaristía.
En su homilía subrayaba la importancia de escuchar atentamente y actualizar aquella afirmación de Jesús: Han oído que se les dijo, pero yo les digo. Pérez sostuvo que es preciso compartir y llevar en la mente y el corazón la sabiduría de Dios que, no pocas veces, se opone a la que podemos tener e incluso expresar. Evangelizar es "enseñar el arte de vivir"; lo que se nos propone es una vida buena en este mundo y en el mundo venidero. Ese tesoro, que es una persona, Jesucristo es lo que hemos de proponer, compartir, anunciar"- Enfatizó.
Por último, el vicario también recordó la misión diocesana en
marcha, subrayando que la marcha por la paz realizada también era un símbolo de la llamada a salir. "Salir al encuentro de los demás, salir de nosotros mismos, salir de nuestras comodidades, salir para compartir la suerte, alegrías, esperanzas y tristezas de los demás,  salir a proponer la amistad con Jesús.
Con el canto del himno de la Virgen de Candelaria finalizaba la jornada.

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