jueves, 23 de febrero de 2017

Niños cuidados, familias sanas

Nuestra ilusión es ayudar a las familias. Tenemos claros que contribuir a que sean más sanos y felices forma parte de eso que dice Jesús:"ser sal de la tierra, ser luz del mundo". Queremos poner nuestro pequeño grano de arena en ello. Los niños tienen aún más problemas espirituales y psicológicos que físicos. Si tienen fiebre corres... ¿y si tiene egoísmo malsano que lo hará un desgraciado? Y hay que cuidarlos en  todos los aspectos. 


Esperamos que estos dos artículos les puedan servir para dialogar y aplicarlos. Tratan sobre los rasgos de una familia sana y cómo construirla y sobre el uso del móvil e internet.


Para construir una familia sana
No existen fórmulas secretas ni reglas generales para que padres e hijos tengan buena relación, pero está claro que algunas familias han encontrado formas de organización que les permiten desarrollarse y enfrentar problemas con éxito. ¡Conózcalas!. Es normal que al escuchar comentarios de alguna amistad sobre la convivencia en su hogar, o bien, al conocer directamente cómo es la relación en otras familias, nos preguntemos "qué tal van las cosas en nuestro propio grupo, cuáles son sus virtudes y defectos, si hay confianza y afecto y, en términos generales, si sentimos que nuestra experiencia es divertida y agradable".
Cuando la respuesta a estas interrogantes es negativa o nos obliga a aceptar dudoso “más o menos”, puede ser señal de que existe algún conflicto y de que los miembros de nuestra familia no son del todo felices o no han aprendido formas de amar y de valorarse unos a otros.
Para solucionar esta situación podemos tomar como guía los siguientes pasos, y comenzar así a cimentar las bases para lograr relaciones más saludables y enriquecedoras.

Paso a paso.
En su libro "El arte de crear una familia", la psicoterapeuta Virginia Satir expone ocho puntos a seguir por los padres (ambos, principales modelos de desarrollo para los niños), a fin de mejorar el funcionamiento de esta célula de la sociedad:

1.- Admitir la existencia de un conflicto.
El primer paso para perdonarse y perdonar por los errores cometidos es aceptar lo ocurrido y tener la confianza de que las personas pueden mejorar si se lo proponen y actúan de buena voluntad.
Una vez tomada la decisión de cambiar las cosas, urge emprender alguna acción para iniciar el proceso. Al respecto, la mayoría de los elementos que producen conflictos familiares se aprenden y, del mismo modo, se pueden “desaprender” y sustituir por otros.

2.- Que cada adulto sea capaz de cuidarse.
Múltiples observaciones han permitido concluir que el descuido de alguna de estas facetas, en el padre o la madre, puede ser origen de conflicto:

1.     Cuidar el cuerpo. Nuestro organismo es único, y es importante que cada padre descubra cuáles son sus necesidades de alimentación, ejercicio, descanso y disfrute sensorial para que lo transmita a sus hijos.
2.     Desarrollar el intelecto. Debemos darle valor a rodearnos de ideas estimulantes, libros, actividades, experiencias de aprendizaje y oportunidades de establecer diálogo con los demás.
3.     Reconciliarnos con nuestros sentimientos. Entendernos, mimarnos y no ser jueces severos, sino amigos de nosotros mismos, son valores que merecen desarrollarse.
4.     Acondicionar el espacio. Nada mejor que hacer del hogar un lugar agradable para vivir y trabajar, de modo que es importante atender detalles como orden, limpieza, decoración, y hasta sonidos, iluminación y temperatura.
5.     Comprometerse con lo que significa estar vivo. No está de más recordar que la alegría de vivir es auténtica virtud que ayuda a enfrentar adecuadamente los retos y desafíos.
3.- Mantener alta autoestima.
Otro punto que destaca la psicoterapeuta familiar Virginia Satir es que, para construir satisfactoria relación de pareja o parentesco, cada uno de los miembros tiene que sanear primero su propia autoestima, así como su capacidad de valorarse y tratarse con dignidad y amor. La fórmula es sencilla: integridad, sinceridad, responsabilidad, compasión y afecto emanan de las personas que se autovaloran, no de las que se devalúan.
Además, los individuos que se conocen a sí mismos y se apoyan, perciben que los instantes de cansancio son temporales o representan crisis momentáneas; no piensan que la vida les supera o les ha defraudado. En cambio, quienes tienen baja autoestima suelen ser más propensos a utilizar medios para evadirse de la realidad (alcohol, drogas, adicción al juego o a las compras) y ello deriva, inevitablemente, en problemas personales, de pareja y familiares.
Así pues, tarde o temprano hemos de reconocer que las dificultades vitales derivan de nuestra actitud, y creer que es posible cambiarlas para emprender un cambio, ya sea por cuenta propia, con el apoyo de la pareja o con asesoramiento de un psicoterapeuta.

4.- Mimar la relación de pareja.
Vale la pena preguntarse, como punto de partida, por qué se eligió a determinada persona, cuáles eran las expectativas de la relación y qué se esperaba mejorar. Probablemente los motivos responden a la oportunidad de incorporar algo nuevo a la propia vida: amor, cariño, satisfacción sexual, apoyo, hijos, nivel social, sentimiento de pertenencia o sentirse apreciado.
La mayoría de los fracasos en pareja (los cuales repercuten en la familia) son resultado de expectativas ingenuas y sin sustento en la realidad sobre lo que puede hacer el amor. Debemos tener en claro que ninguna relación de pareja puede satisfacer todas las necesidades de la vida, sino que la inteligencia, información, conciencia y competencia también son esenciales. Por ello, cuanto mayor sea nuestra autoestima, menor será la dependencia a recibir una demostración de amor concreta y continua por parte de nuestra pareja.

5.- Celebrar la llegada de un nuevo ser.
Dicen que la familia es el arte de crear (no criar) personas. A su vez, cuando llega un bebé, pasa de ser bidireccional (en que sólo existe el trato mujer-hombre) a multidireccional (además de la relación de pareja, se incluyen las que establece cada uno de los progenitores con el hijo). El desafío consiste entonces en encontrar formas en que cada uno de los miembros puede participar u observar a los demás sin tener la sensación de que no cuenta.
Sin embargo, no hay que olvidar que entre más nacimientos se presenten en el grupo, mayor es la presión a la que se ve sometida la relación de pareja; el tiempo, espacio y recursos deben redistribuirse en porciones más pequeñas, y puede ocurrir que la angustia por ser padres se vuelva abrumadora.
Tampoco hay que perder de vista que muchas veces la presencia de varios hijos evita la expresión adecuada de cada integrante de la familia, de modo que los lazos entre los padres se debilitan y esto puede generar ruptura.

6.- Comunicar sentimientos de libertad.
Virginia Satir enfatiza en que muchos padres no suelen hablar con sus hijos sobre cómo es su relación de pareja, a pesar de que ésta es básica para mantener la red de afecto familiar. Por ello, es relevante que comiencen a conversar con los chicos al respecto y que no duden en manifestar sentimientos positivos.
Es importante tomar en cuenta que esta medida ayudará a desarrollar una familia enriquecedora toda vez que el ejemplo será tomado por los hijos, quienes se sentirán con mayor libertad para hablar sobre sus emociones e ideas, y aprenderán a expresarse sin problemas.
Una vez que se empiece a fortalecer esta red de comunicación, puede recurrirse a interesante ejercicio: organizar una reunión en la que cada integrante de la familia diga a los demás cómo se siente y qué piensa de su relación. Se debe escuchar con atención, respeto y sin juzgar, y una vez que todos hayan terminado, dar las gracias. Conviene contar qué es lo que hace sentir alto o bajo de moral a cada uno, pues se suelen descubrir nuevas verdades sobre las personas con quienes se convive desde hace años, ayudando a fortalecer la unión afectiva.

7.- Límites y disciplina.
De acuerdo con la psicóloga Reyna Ana Quero Vásquez, de la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología (Amapsi), la familia es mucho más que un conjunto de personas, ya que tiene la función de satisfacer necesidades básicas (alimento, protección, vestido, vivienda y salud), así como afectivas y sociales, que dan estabilidad y soporte a todo individuo.
Precisamente, en la familia “se establecen límites y disciplina, los cuales permiten sana convivencia con el exterior y señalan hasta dónde puede llegar el niño en su comportamiento”.
Aunque es difícil fijar límites, es importante que los padres procuren un modelo de educación donde su autoridad se manifieste a través del control consistente y razonado, además de promover la toma de decisiones del hijo y su autonomía.
A decir de la especialista, las conductas que no propician el desarrollo del niño son: agredir, culpar, rechazar y sobreproteger o desproteger.
Hay otras que parecen imponer límites, pero no lo logran: atemorizar, avergonzar, ridiculizar, “sermonear”, repetir órdenes con frecuencia y excederse en castigos o premios.
En cambio, los requisitos para poner límites son: amor y respeto, autoridad moral y jerarquía, conocimiento, fuerza de carácter, seguridad y madurez.
Es importante que los límites sean firmes y se presenten en forma clara, concreta y breve; además, tienen que marcarse con afecto y ofreciendo alternativas. Los padres deben ser constantes en su vigilancia y especificar las consecuencias en caso de no cumplir.
Los niños educados de esta manera (que requiere más calidad que tiempo) tienen ideas realistas y positivas, confianza y seguridad en sí mismos; además, logran equilibrio entre obediencia y autonomía, capacidad para dialogar y negociar, y desarrollan responsabilidad y mayor tolerancia a la frustración.
Finaliza la especialista: “Establecer límites y fomentar la disciplina como código de conducta es una forma en que los padres le dicen a su hijo que les preocupa, le enseñan cómo funciona el mundo y, sobre todo, le muestran el cariño y respeto que sienten por él, pues se le dan elementos para interactuar de modo positivo con los demás y asegurar su salud mental”.

8.- Admitir a cada hijo como es.
Cada persona es un cúmulo de necesidades por descubrir y al que se debe responder según esa cualidad especial que la hace única. Así, para educar individuos con adecuada autoestima, el secreto está en no tener ninguna idea preconcebida de “cómo debería” ser la niña o niño, evitando la comparación y también la conformidad.

Esto convierte a los padres en descubridores, exploradores y detectives, pero no en jueces ni escultores. De esta forma, finaliza la psicoterapeuta familiar, pueden canalizar los conflictos y transformarlos en fuerzas creativas que estimulen el crecimiento de todos.

PARA AMPLIAR Y CONTRASTAR:
·         Cómo crear una familia sana.
·         Cómo funciona una familia sana.
·         ¡Viva la familia sana!.
·         Bases para una familia sana.
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
El contenido de este artículo tiene distintas réplicas en otras webs y sus puntos esenciales se hallan explicados con éstas u otras palabras en otros espacios más.
·         ¿Qué ideas de las expuestas en este artículo nos han llamado más la atención y por qué?
·         Si tuviéramos que redactar un decálogo con los elementos esenciales para construir una familia sana ¿cuáles mencionaríamos?.
·         ¿Cómo los llevaríamos a cabo en nuestro contexto concreto familiar?.
·         ¿Dónde nos parece que están las claves para que estos principios sean eficaces y no acaben convirtiéndose en una hermosa declaración de buenas intenciones?.
·         Si acaso nuestra realidad familiar necesita cambios ¿cuáles estamos dispuestos a llevar a cabo en nuestra familia desde ya a corto, medio y largo plazo?, ¿cómo los vamos a realizar?.
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Nada de móvil para menores de 12 años, y sin whatsapp hasta los 16: la Policía explica los peligros.

Esther Arén Vidal es Inspectora Jefe del Cuerpo Nacional de Policía y se especializa en la lucha contra el acoso a menores y los ciberdelitos relacionados con ello en España. En una entrevista radiofónica en Onda Cero explica por qué los abusones de hoy son distintos en su forma de operar a los abusones de colegio en otras épocas, y cómo Internet en el móvil es un peligro para los chicos. 
"Siempre te dicen: 'es que eso del acoso ha ocurrido toda la vida'. No. Ahora es una realidad completamente distinta. Antes, en el acoso escolar, había una pruebas, lo veías, había testigos. Ahora, en cambio, todo sucede a través de las redes", explica.
No se trata solo del acoso con
 insultos o amenazas por Internet (elcyberbulling), sino también del sexting (enviar o solicitar fotos con contenido sexual, que a veces se hacen los adolescentes para presumir, o presionados, y luego ven espantados que circulan por doquier) o del grooming (adultos que buscan hacerse amigos digitales de niños o adolescentes para obtener datos de él y luego servicios sexuales, por seducción o chantaje).

Antes de los 12, sin móvil; antes de los 16, sin whatsapp.


"Si le das a un menor un coche con catorce años, sin carnet de conducir, sin acompañarle, está claro que no quedará ileso. Ahora a los niños de menos de 14 años le estamos dando terminales de última generación para que vayan a 200 por las redes sin que tengan idea. Dicen: 'es que el niño es el que sabe'. No: el niño es el que más lo usa, pero no tiene ni idea", previene.
"Los especialistas dicen que
 con menos de doce años no se les debe dar un móvil, y menos con conexión a Internet. Whatsapp no se debe tener hasta los 16 años, lo dice la propia red Whatsapp, y eso casi nadie lo sabe".
Una opción para padres es que se habilite
 una función del móvil del chico que envíe copias de todos los mensajes de whatsapp a un correo que los padres revisan. Así se detecta a los abusones, predadores sexuales, etc... y quedan pruebas.

Instagram, Twitter... y los gurús de YouTube.


La inspectora tiene un hijo de 10 años y una hija de 14, y aprende mucho por ellos de cómo los niños y adolescentes viven su relación con el móvil. Hoy los niños no están ni en Facebook ni en Tuenti, sino enInstagram, en Twitter y en YouTube.

Advierte así: "
Ojo con los youtubers. Hoy todos los niños de 11 años piden cascos en Navidad, para escuchar en el ordenador a un youtuber que es un auténtico gurú para él. Acabo de tener un debate con mi hija de 14 años sobre los toros que me ha dejado alucinada, y sus argumentos los ha sacado de un youtuber".
¿Por qué hay
 niñas con 10 años, con Instagram que se hacen selfies, cuelgan sus fotos en Instagram y que son localizables por geolocalización?, pregunta la inspectora. "A esa edad no son conscientes de que una vez publicas la foto pierdes el control sobre ella".

Cuidado con las fotos.


La inspectora recuerda que "donde hay niños, van los pederastas", y buscan fotos, por ejemplo, de niños en la playa, "ésas que comparten los papás".
Hay algunas señales que denotan que un niño o adolescente, con móvil o enganchado al ordenador, está siendo acosado. A partir de cierto momento
 no quieren ir a clase, muestran síntomas físicos -dolores de cabeza, de barriga-, muestran que ya no quieren entrar en un grupo de whatsapp en el que estaban continuamente... ésas son
señales para investigar.
Ahora la Policía ya no da sólo charlas en colegios sobre el tema, sino a grupos de padres y también a los pediatras, que pueden detectar estos síntomas.
La Inspectora Arén pide que cuando haya acoso se denuncie en comisaría y se trate "como delito, no como un simple conflicto", aunque los acosadores tengan 13 años y desde luego no vayan a entrar en prisión "pero que vean que las acciones tienen consecuencias".
La inspectora asegura que
 a los 10 y 11 años, los niños que abusan pueden aprender bien a dejar de hacerlo, los policías se lo explican y ellos cambian. El problema viene cuando a los abusones no se les educa, se les deja hacer, y cometen el abuso digital contra otros a los 14 años, cuando ya hay serias responsabilidades penales.
Además, los policías, sólo con dar una charla en una clase de colegio en instituto, ya detectan la situación: "la niña que hace sexting se pone colorada, el malote te mira desafiante, la víctima busca tu apoyo...".


PARA AMPLIAR O CONTRASTAR:
·   
      A ver el tuyo.
·         Cuidado con el whatsapp.
·         Nomofobia.
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
·                     ¿Hay algo en el artículo expuesto en lo que no estemos de acuerdo?, ¿qué concretamente y por qué?. ¿Qué añadiríamos a lo que el artículo señala?.
·                     ¿Qué conclusiones obtenemos de la lectura de los enlaces para ampliar o contrastar?.
·                     ¿Para qué tomarnos en serio lo que Esther Arén Vidal comunica a través de esta entrada?.
·                     ¿Qué pautas educativas podemos introducir en nuestra familia, con nuestros hijos, para que estas reflexiones no se queden en simple teoría y sirvan para bien de nuestros hijos?.
·                     ¿Cómo llevar a la práctica esas pautas?, ¿cómo nos vamos a organizar?.

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